¿Cómo afecta la TV en la habitación de una pareja?


Hace algún tiempo me percaté que la televisión, como aparato tecnológico, forma una entidad muy compleja de distracción y bloqueador de la interacción en el ámbito sistémico.

La televisión es un aparato tecnológico que requiere de la plena atención del individuo para que cumplan su función. Esta se constituye como un elemento de ocio y relajo, para el cual es imprescindible tener a mano un control remoto y tener diferentes alternativas, de acuerdo al gusto de cada televidente.


Actualmente vivimos inmersos en un sistema demandante de tiempo y esfuerzo, y no sólo eso, además abiertos a las nuevas tecnologías.


El libre mercado, las competencias, las demandas y el dinero que actúa como el principal móvil de toda conducta humana, son conceptos recurrentes que están en el inconciente colectivo de las personas. Ante este panorama, todas las directrices expuestas anteriormente se entrelazan para generar un fenómeno evidente.




Claro que causa ilusión llegar al hogar y aliviarse, pasando un momento agradable frente a la televisión. O mejor aún instalar una televisión de última generación en la habitación matrimonial, después de un día agotador.

Pero ¿cuáles son las consecuencias que tiene introducir un tercero, llámese televisión, en el ámbito privado de la pareja?


La habitación es el lugar más íntimo que posee una pareja, en donde se funden y guardan sus secretos e interacciones más profundas, aquel espacio sin duda guarda una importancia crucial, por su significado en si mismo, para la pareja.


La psicóloga italiana Serenella Salaomoni, realizó un estudio en donde acotó que las parejas que tienen un televisor dentro de su habitación, hacen el amor un 50% menos que las parejas que no poseen este aparato en ella.


Esta es un cifra que llama a una profunda reflexión sobre cómo las parejas configuran su relación y sus interacciones, bajo esta distracción.


Es probable que las personas piensen un momento y se vean incrédulas de este fenómeno, pues todos estarán de acuerdo que el espacio íntimo no se transgrede por nada y menos las interacciones que ahí florecen. Mas me permito una pregunta: ¿Qué sucede cuando se juega una final de fútbol por la TV? O ¿Qué pasa cuando es el último capítulo de la telenovela que han seguido durante varios meses? O peor aun ¿Qué implicancias tienes para la pareja que ambos eventos se transmitan el mismo día?


Por supuesto que aquí he expuesto ejemplos bastante burdos y muy “tipificados” , en lo que se refiere a los gustos femeninos y masculinos. Sin embargo, bajo estas circunstancias, se hace evidente, explícito y muy necesario, que la pareja eche en manos todos los mecanismos de retroalimentación para preservar la pareja como sistema. Ciertamente se vuelve esencial que los mecanismos de regulación de la pareja sean eficientes, pues sin duda, este tipo de incongruencias traen consigo una serie de dificultades. Como hemos visto no sólo dificultades en el ámbito sexual, como lo apreciaba la psicóloga, sino que también a nivel de la relación misma, en cuanto a su configuración como tal, sus interacciones, sus individualidades y la reciprocidad entre ellos, y también, por que no decirlo, pone en jaque los mecanismos que se pueden articular bajo los preceptos de la cibernética de la cibernética.


Finalizando y como se dijo anteriormente, la televisión actúa como un tercero en la intimidad de la pareja, llevándolo a un punto extremo se transforma en el integrante de un triángulo amoroso, que fácilmente se entromete en el sistema de pareja.